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Sobre mí

¿Quién soy?

Me llamo Adriana Aleu. Bueno, hoy en día, soy la mejor versión de mí misma que puedo ser con lo que he experimentado. Es importante para mí redescubrirme día a día en este viaje que estoy haciendo y eso implica que la descripción de quién soy hoy sea diferente, espero, a la de cualquier día del futuro.

Dicho esto, quiero compartir un poco mi recorrido.

Soy la segunda de cinco hermanos y la primera niña. Tengo un núcleo familiar diverso que en algún o varios de mis artículos del blog personal explicaré.

No tengo recuerdos muy nítidos de mi infancia, aunque cada vez van emergiendo más y más.

Algunos recuerdos que me comentan de cuando era pequeña:

  • De bebé no comía nada, mi madre estaba desesperada, aunque dormía mucho.
  • Era una niña tranquila, podía pasar horas jugando sola.
  • Era muy curiosa, hacía preguntas continuamente para entender cómo funcionaban las cosas, cómo se utilizaban, cuál era su finalidad…
  • En algunos aspectos, incluso me dicen que tenía una especie de TOC. De pequeña, cuando estaba en el parque (de casa), me daban colores y los ordenaba por orden cromático y con todas las puntas arriba o abajo. Si me los desordenaban, los volvía a ordenar de nuevo.
  • Aunque decían que no comía nada, un día en un bar mi padre pidió «callos» y para sorpresa de mi madre, comí. Mi madre no podía creérselo. En ese momento, mi padre dice que fue una muestra del carácter particular que tenía.

Tuve una infancia y adolescencia tranquilas. Era aplicada, estudiosa y responsable. Hacía muchas actividades extraescolares como ballet, piano, entre otras.

Cuando terminé los estudios obligatorios, decidí estudiar una carrera: Ingeniería Informática. Posteriormente, me aventuré en un máster de Comunicación y Marketing Digital para complementar mi trabajo en ese momento.

En la empresa donde trabajaba se abrió un departamento digital, lo que me permitió llevar los proyectos de comunicación, marketing e integración de softwares. Trabajaba en un grupo de empresas y yo estaba en la empresa que daba los servicios al grupo. Así que llevaba los proyectos de cada una de las empresas del grupo.

Pasados unos años, mi vida que parecía que tenía todo lo que creía y lo que me habían dicho que debía tener o conseguir, lo tenía, pero algo en mi interior no encajaba. Tenía una vida cómoda, estable, sin embargo no me sentía nutrida.

Final de una etapa, cambio de dirección

En ese momento decidí iniciar un camino paralelo de crecimiento personal.

Me aventuré en un camino hacia mi interior, siempre había estado enfocada hacia afuera, es decir, hacia el trabajo, hacia los estudios, hacia la familia, amigos…

Al principio, no estaba del todo segura de lo que quería decir iniciar este proceso, pero pronto se convirtió en una decisión acertada, un descubrimiento y una aventura.

He pasado por muchas etapas, entre ellas la etapa en la que me di cuenta de que tenía que cambiar mi ámbito profesional, ya no era mi lugar.

Después de formarme en diferentes métodos, terapias y coaching, como la diplomatura que hice de BioneuroemociónⓇ, la formación de PlayterapiaⓇ, el máster en coaching existencial, entendí cuál era mi verdadero camino.

En ese momento sentía y siento que debo acompañar a otras personas en el camino hacia su interior, hacia su verdad.

Hoy en día sigo trabajándome y conociéndome. Soy del pensamiento y sentimiento de que no puedo acompañar a nadie a lugares que yo no conozco o no he visitado. Por ese motivo sigo trabajando en mí, ya que aparte de que se ha convertido en mi estilo de vida, me permite seguir creciendo personal y profesionalmente.

¿Qué he descubierto en este viaje?

Es un viaje de ampliación de conciencia.

Un viaje que me ha permitido:

  • Descubrirme
  • Entenderme
  • Conocer mi ego
  • Darme cuenta e identificar cuándo actúo desde el ego o desde la esencia
  • Reconectar con mis emociones y sentimientos
  • Entender las intenciones positivas de mis actos
  • Identificar y reevaluar creencias
  • Entre muchas otras cosas

Esto me ha permitido y me permite vivir con mucha más coherencia y congruencia en lo que pienso, siento y noto. Vivir desde la parte más auténtica y genuina de mí misma.

En definitiva, con mucho más amor hacia mí misma y hacia la vida.