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Desmontando las mentiras personales: Un viaje hacia la sinceridad interna a través de la Bioneuroemoción®

Cosas que me pasaron cuando estudié Bioneuroemoción®

Hace unos años decidí estudiar el Diplomado de Bioneuroemoción de Enric Corbera. Estaba en pleno momento de cambios en mi vida y ya había decidido que quería cambiar mi área profesional. Comencé a formarme en diferentes especialidades, modalidades de terapias, coaching, etc. Entre ellas, la Bioneuroemoción®.

El año de Bioneuroemoción® fue un año donde descubrí y experimenté muchas cosas. En este artículo me centraré en el tema de las mentiras, ya que me impactó mucho.

 

Comenzó cuando Enric Corbera y los diferentes formadores, continuamente decían que todos mentimos. A mí, esto al principio, la verdad, me molestó bastante, porque siempre he dicho que soy muy sincera y que no miento. Así ha sido y así me he sentido.

En los últimos años, con todo el crecimiento personal, me he dado cuenta de que sí soy sincera y que «no miento» a los demás, porque totalmente desde la inconsciencia siempre me he mentido a mí misma. Era totalmente ignorante de este hecho. Cuando me di cuenta, ¡no me lo podía creer! En ese momento fue muy impactante para mí, muy revelador. Entré en una especie de crisis interna durante un tiempo.

Si que es cierto que con el tiempo, esto me ha ayudado a tener coherencia interna, mejorar en muchos aspectos, etc. Pero, ¿sabéis el momento cuando me di cuenta de esto cómo me sentí? Hice como una especie de duelo interno. Pasé por varias fases y obviamente pasé por la etapa de la negación, en mi mente tenia mil vocecitas:

  • ¿Yo mentir? ¡NO!
  • Yo no miento. ¿Miento? ¿A quién miento?

Mi mente

A mi mente se repetían mensajes como este continuamente o simplemente, obviaba lo que comentaban y tenía pensamientos tal que:

  • ¿Todos mienten? No lo sé, porque yo no, o eso que explican no va conmigo, etc.,

Pero si que lo tenía en mente continuamente. Así que llegó un momento en que dije, a ver, Adriana, ¿qué pasa si te abres a la posibilidad de que tú también mientes?

Estaba muy enfocada en la mentira hacia los demás y eso, no lo hacía, cuando poco a poco era evidente que el foco debía ponerlo en mí. Hacer este paso de enfocarme hacia adentro en lugar de hacia fuera, no me resultó nada fácil. Resulta muy cómodo estar fuera y no mirarse dentro, porque cuando lo hago… Se abre un mundo totalmente «desconocido» donde comienza gran parte del camino de crecimiento personal. Me di cuenta de que las mentiras no estaban afuera, no estaban en mi comunicación hacia los demás, en mis palabras hacia los demás, de lo que había hecho o dejado de hacer, etc. Las mentiras estaban dentro de mí, en mis incoherencias internas, me di cuenta de que no estaba siendo realmente sincera y honesta conmigo misma. Quería realizar una acción y de repente mi mente se ponía en total funcionamiento, justificando con muchos argumentos y llegar a «creer» que eso no era lo que quería hacer realmente. Me auto-mentía para hacer o no hacer cosas y ni me daba cuenta.

¿Os habéis dado cuenta de esto? ¿Os ha pasado alguna vez?

Después me di cuenta de que lo que decían era verdad y que todos lo hacemos, nos mentimos continuamente y no nos damos cuenta. Estas mentiras están enmascaradas de mil maneras, porque lo que está claro es que tenemos una gran capacidad y habilidad para autoengañarnos. O al menos eso me parece a mí.

Me he dado cuenta de que he sido y a veces aún soy, experta en esto aunque cada vez soy más consciente y se va modificando. Pero ¿cuántas veces he pensado que quiero hacer una cosa y automáticamente, en lugar de atender esa necesidad, han aparecido todo tipo de pensamientos intrusivos que sin darme cuenta han conseguido que no lo haga? Mi mente tiene mil creencias, razones, argumentos, etc., para acabar haciéndome creer que realmente quiero hacer otra cosa y convencida.

Ejemplo:

Encontrarme en una mesa con diferentes colegas, para mí colegas son personas que no llegan a ser amigos porque no tengo suficiente confianza. Pues encontrarme entre colegas tomando algo, sale un tema en el que quiero opinar y… automáticamente en milésimas de segundo, mil pensamientos:

  • no lo digas porque no encajarás
  • no lo digas, ¿qué pensarán de ti?
  • no lo digas porque es una opinión muy diferente
  • no lo digas porque a nadie le importa
  • no lo digas, no aporta
  • etc. etc.

Y finalmente no decirlo. Atendía a todos estos pensamientos que me decía para no realizar la acción y creerme que no quería decirlo en ese entorno. Siendo honesta y sincera conmigo misma ahora mismo, SÍ que quería decirlo, pero por otras razones como inseguridad, desconfianza, miedo a no encajar, etc., no lo hacía, autoconvenciéndome de que no quería decirlo.

Me resultaba más fácil creerme que no lo quería decir, que aceptar que tenía miedo a no encajar o aceptar mi inseguridad.

Darme cuenta de este hecho ha sido un antes y un después para mí. Fue un gran punto de inflexión, esto me generó al principio muchísimo malestar interno. Darme cuenta y aceptar que me había estado mintiendo siempre cuando uno de mis valores más preciados es que no mentía, fue muy duro internamente. Me sentí decepcionada conmigo misma, entré en incoherencia, enfado, rabia. Es como si se me hubiera caído un pilar interno mío. No sé bien cómo expresarlo pero fue realmente complicado de gestionar, aceptar que, OK, no mentía a la gente pero, ¿y a mí? Siempre he dicho que lo que quiero para mí lo quiero para los demás, y claro aquí de golpe entré en una incoherencia muy grande, porque no mentía a los demás pero a mí sí, y obviamente no iba a modificar que como sí me mentía a mí, hacerlo a los demás. Así que tuve que empezar a hacer este cambio interno, que me ha generado un gran aprendizaje y crecimiento.

Cosas que me ha aportado darme cuenta de que SÍ me mentía.

Ayudarme a estar mucho más cerca de mis necesidades reales, de mis deseos, de mis emociones, de desmontar creencias, de atenderme primero y no ir siempre con el piloto automático activado o atender a los demás antes que a mí, entre muchas otras cosas.

Realmente es un trabajo interno que creo que será de vida o al menos hasta el día de hoy sigo trabajando, porque es algo tan inconsciente, que tengo que estar muy atenta de no caer en la mentira interna.

Claramente la crisis interna que tuve con este tema me ha ayudado mucho a entender muchas incomodidades que sentía y no entendía.

Todas las crisis abren caminos de oportunidades y esta es una que me ha aportado muchísimos beneficios.

En el transcurso de esta exploración, comprendí la verdad en las palabras de los formadores: todos mentimos, incluso a nosotros mismos. Esta consciencia me ha permitido acercarme más a mis necesidades auténticas y a desmontar creencias limitantes. Aunque el camino hacia la sinceridad interna no es fácil, está siendo un proceso profundamente transformador y una fuente constante de crecimiento personal.

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